• SOBRE EL USO DE LAS FAJAS

    Mucho se ha dicho sobre las fajas, sobre las ventajas que representan o no para aparentar una figura más delgada o incluso para adelgazar, sobre sus efectos en órganos vitales del cuerpo y sobre su efectividad. La realidad es que acerca de este tema hay todavía mucha polémica; ni nutricionistas ni deportólogos se ponen de acuerdo en si es o no aconsejable llevar las fajas.

    Pensando en la importancia de esta cuestión, os traemos una recopilación de información al respecto con la cual os podréis hacer una buena idea y tomar vuestra propia decisión acerca de usarlas o no. Sabemos bien que en muchas ocasiones, por más kilos de más que tengamos, no queremos tener que llevar ropa tallas grandes, pues preferiríamos poder llevar nuestro espectacular vestido adherido al cuerpo. Por eso consideramos este asunto de la mayor importancia.

    Así las cosas, lo primero es hacernos una idea acerca del modo como funciona una faja en relación con la delgadez de la figura o con la posibilidad de adelgazar. Lo primero es evidente: la faja aprieta nuestro torso de tal manera que todos los rollitos y porciones indeseadas de grase de la cintura no se acumulan ya en una sola región sino que se esparcen y dan así la apariencia de no estar ahí en absoluto.

    En relación con lo segundo la cuestión es más compleja: se dice que las fajas ayudan a adelgazar por varios motivos, entre estos, que al apretar estimulan el sistema linfático para que elimine más grasa y toxinas, que estimulan la sudoración y que ejercen presión sobre el estómago para disminuir el hambre y aumentar la saciedad. Muchas personas dan fe de haber perdido en realidad algunos kilos o algunos centímetros mediante el uso prolongado de fajas adelgazantes, per el modo como funcionan no está libre de sospechas acerca de sus efectos negativos en el cuerpo.

    Algunos de los efectos negativos de las fajas que se han mencionado en la discusión tienen que ver con la presión que ellas ejercen sobre el sistema circulatorio. A pesar de que sean efectivas para el fin de adelgazar, estudios han señalado que son también causantes de graves condiciones de salud como coágulos y, más adelante, embolias. Otro efecto de las fajas sobre el sistema circulatorio proviene de su acción sobre el mecanismo natural de sudoración. Así, las fajas que suben la temperatura corporal -fabricadas en látex la mayoría de las veces- son definitivamente las menos recomendadas pues disminuyen el ritmo de circulación.

    Desde nuestro punto de vista, estos efectos son lo suficientemente graves como para evitar el uso de fajas de manera permanente y con el fin único de adelgazar. Sin embargo, como hemos dicho, sabemos que hay ocasiones en las que no hay blusa talla grande ni vestido con diseño para mujeres con gorditos que vaya bien; estas son ocasiones en las que el uso de la faja se vuelve imperativo. Mas imperativo es también el uso de la faja luego de intervenciones quirúrgicas como liposucciones o lipoesculturas.

    Nosotros recomendamos el uso de la faja en estos dos casos, es decir en los casos en los que no se trata de reducir peso químicamente mediante la faja, sino de disimular los gorditos que nos molestan o de reacomodar la piel luego de una cirujía. Ambos usos, se entiende, son temporales y no permanentes, por lo que la salud no se ve tan comprometida como cuando se emplea la faja todos los días no sólo para aparentar delgadez, sino también con el fin de adelgazar.

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